La morosidad hipotecaria sube por primera vez desde la pandemia
- El volumen de hipotecas que acumulaba al menos tres meses de impago se incrementó el 3,9% entre abril y junio, hasta los 11.823 millones de euros, según datos del Banco de España
- La ratio de morosidad se sitúa en el 2,45%, un registro que todavía queda lejos del máximo del 6,28% que se alcanzó en el primer trimestre de 2014, como consecuencia del estallido de la burbuja hipotecaria
La fortaleza del mercado laboral y el ahorro acumulado por los hogares durante la pandemia de la COVID 19 han permitido que la tasa de morosidad hipotecaria se haya mantenido, de momento. Y eso, a pesar del encarecimiento de la vida que se ha vivido en los últimos meses como como consecuencia de la actual espiral inflacionista. Un aumento del coste que los hipotecados han notado también en las cuotas mensuales de sus préstamos, que se han disparado debido a la escalada que ha registrado el euríbor por el alza de los tipos de interés oficiales. Y aunque, hasta ahora, las familias han ido resistiendo, los primeros síntomas de agotamiento financiero han empezado a aparecer. De hecho, el segundo trimestre del año se ha cerrado con un incremento de la morosidad hipotecaria.
Según los últimos datos del Banco de España correspondientes al segundo trimestre del año, el volumen de hipotecas que acumulaba al menos tres meses de impago se incrementó el 3,9% (443 millones de euros) respecto al trimestre anterior. Llegando a los 11.823 millones de euros. Se trata de la primera subida desde el segundo trimestre de 2020, cuando, en plena pandemia de la COVID 19, se registró un leve incremento del 0,33%, que se tradujo en 55 millones de euros más. El actual, además, es el repunte más pronunciado tras el registrado en el primer trimestre de 2014. En aquel momento, con un incremento de 1.619 millones de euros, la morosidad hipotecaria alcanzó su pico máximo, situándose en el 6,28%, como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Una ratio de morosidad comedida
Con todo, aunque las hipotecas que acumulan al menos tres meses de impago suponían a finales de junio en el 2,45% del total, frente al 2,34% de finales de marzo, se trata de una cifra bastante alejada de la que se alcanzó al primer trimestre de 2014. De hecho, si se compara con el registro del mismo periodo de 2022, se ha producido una caída tanto el volumen alcanzado por las hipotecas impagadas, que en junio del pasado año se situaron en 13.188 millones de euros, y de la ratio de morosidad, que doce meses antes era del 2,65%.
Y aunque los expertos señalan que este cambio no tiene que implicar que la morosidad vaya a dispararse a partir de ahora, sí que supone un primer aviso de que la vertiginosa escalada que ha sufrido el euríbor comienza a pasar factura en los hogares. Y es que, en 18 meses, el principal índice de referencia para calcular el precio de las hipotecas variables en España ha pasado de estar en terreno negativo a que el euríbor de septiembre de 2023 esté en el 4,149%. Esto ha supuesto un incremento notable de las cuotas mensuales, que está provocando que empiece a haber familias que ya no puedan hacer frente a sus compromisos.
En este sentido, todo apunta a que, en los próximos trimestres, se asistirá a un aumento de la ratio de morosidad hipotecaria. Por un lado, debido a la dificultad de los hipotecados para afrontar el encarecimiento de sus préstamos, pero también, por el descenso que sufre el crédito hipotecario desde hace un año, debido a la caída de nuevas operaciones.
Repunte de las ejecuciones hipotecarias
Esas dificultades para hacer frente a las cada vez más elevadas cuotas mensuales de las hipotecas no solo empiezan a hacerse sentir en un aumento de la morosidad, también en la cifra de ejecuciones hipotecarias. De hecho, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al segundo trimestre, el número de inscripciones de certificaciones por ejecuciones sobre viviendas habituales han crecido el 6,1% respecto a los tres meses anteriores, hasta un total de 2.697.
Con todo, los expertos señalan que, en los próximos meses, sí que se podría asistir a un aumento de las ejecuciones hipotecarias. No obstante, recuerdan que, desde que empiezan a subir los tipos hasta que se traslada esa alza a las mensualidades de los hipotecados y estos dejan de pagar, pasa un tiempo. Además, en muchos casos, cuando una hipoteca entra en el saldo de dudosos, porque lleva tres meses sin abonarse, también se producen refinanciaciones que permiten a la persona salir de esa lista y volver a la de corriente de pagos.
A eso, además, hay que sumar las políticas que puso en marcha el Gobierno a finales del pasado año para aliviar la carga hipotecaria de las familias y evitar así situaciones traumáticas que terminen en una ejecución hipotecaria. Así, dependiendo de las circunstancias de cada persona, las medidas incluyen desde una reducción de los tipos de interés, un aumento del periodo de carencia de capital hasta cinco años para pagar únicamente los intereses durante ese tiempo o bajar la cuota hipotecaria, hasta aumentar el periodo de amortización, congelar la cuota durante un periodo determinado o reducir los costes de cambiar la hipoteca variable por una fija.
Periodista multidisciplinar especializada en información económica, marketing y publicidad. Ha desarrollado su carrera profesional en diferentes medios de comunicación, principalmente impresos y digitales, pasando también por la comunicación institucional y corporativa.