En ocasiones el cuerpo reacciona de forma física a un factor externo. Picores, falta de aire, moqueo o, incluso, urticaria pueden llegar a ser algunos de los síntomas que se manifiestan con una alergia. Hay personas que nacen con ella, mientras que otras la desarrollan a lo largo de su vida. De hecho hay casos de gente que nace con una y con el paso de los años, ésta termina desapareciendo.
En cualquier caso para tener la alergia controlada, lo mejor es acudir con regularidad al especialista y que éste se encargue de pedir las pruebas necesarias, así como de poner el tratamiento que requiera el problema. Incluso hay quién necesita ponerse la vacuna cada año. Llegados a este punto, hay muchas personas con alergias que se plantean si un seguro de salud podría serles útil o no. En Rastreator te contamos qué cubren y qué no los seguros de salud en cuanto a las alergias.
Existen diferentes tipos de alergias que se manifiestan de múltiples formas:
Una alergia es una reacción del cuerpo frente a un organismo externo, que se manifiesta a través de signos y síntomas característicos, cuando la persona se expone al factor que la desencadena. Aquellas manifestaciones con las que más se encuentran los doctores en las consultas son:
Estas respuestas físicas suelen ser fácilmente reconocibles, pero para obtener un diagnóstico exacto lo mejor es acudir a un especialista para que pueda realizar todas las pruebas necesarias para detectar cuál es el origen de la alergia.
Una alergia siempre es provocada por un factor externo y lo mejor es averiguar cuál es con la mayor brevedad posible. Para esto, el proceso pasa por ir al alergólogo y que éste se encargue de hacer las pruebas pertinentes y que considere necesarias. Además, también realizará preguntas para saber qué nota el paciente al tener una reacción alérgica, con qué frecuencia se da o si algún miembro de su familia padece algún tipo de alergia o intolerancia.
Una vez elaborado el historial clínico, el siguiente paso es realizar las pruebas específicas, que básicamente consisten en una combinación de análisis de sangre y unos test cutáneos. Estos últimos se realizan con unas pequeñas punciones en el antebrazo del paciente en las que se ponen unas pocas gotas del alérgeno que se quiere analizar. Después hay que esperar 20 minutos para poder ver el resultado, que en caso de ser positivo se manifestará en la propia piel del paciente con picores y enrojecimiento de la zona.
No. Ninguna vacuna está cubierta por el seguro de salud. Por tanto, el asegurado deberá abonar el importe correspondiente en caso de querer ponérsela. Y es que sea cual sea, el coste de la misma corre a cuenta del usuario. Aunque en España ninguna vacuna es obligatoria, no hay que olvidar que en algunos casos concretos supone un riesgo para la Salud pública y por lo tanto, el usuario sí se la tendría que poner.
Tal es la importancia de las alergias que la mayoría de las aseguradoras las consideran enfermedades preexistentes. Por ello, en caso de padecer alguna, el paciente está obligado a indicarlo en el formulario que se tiene que presentar a la compañía antes de hacerse el seguro. Esto es obligatorio para poder firmar la póliza ya que si la aseguradora detecta en un futuro que el usuario ya padecía una patología y lo ocultó, podrían encarecer la prima de forma unilateral o incluso cancelar la póliza.
Antes de elegir un seguro o un servicio de Salud lo mejor es tener claro qué da forma a cada uno, qué coberturas ofrecen y qué exclusiones tienen. Tal y como hemos visto, no todos los productos son iguales y lo que en uno puede ser excluyente, en otro puede no resultar atractivo para el usuario. Por ello, el comparador de seguros de salud de Rastreator.com es una herramienta muy útil para encontrar la póliza más económica que mejor se adapta a las necesidades de cada usuario.