Si quieres reformar tu casa, comprar una segunda residencia o financiar nuevos proyectos, puedes conseguirlo a través de una ampliación de hipoteca. Con esa operación, podrás aumentar el capital de tu préstamo o modificar el plazo de devolución. Eso sí, tendrás que negociar con tu banco para que acepte modificar las condiciones de tu contrato, lo que supone hacer una novación. Antes de aprobar los cambios, la entidad bancaria hará un nuevo estudio de solvencia en el que comprobará que tienes un trabajo estable, que estás al corriente de los pagos y que el ratio de endeudamiento sigue siendo el recomendable.