Las grúas alertan de las dificultades para dar asistencia en carretera a vehículos eléctricos

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  • La Alianza de Auxilio en Carretera reclama más información para conocer los riesgos asociados a la manipulación de un vehículo eléctrico
  • Los componentes que más problemas generan son las baterías y los conectores
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La patronal pide colaboración entre el sector del auxilio en carretera y las aseguradoras para mejorar la asistencia a los coches eléctricos

Siguiendo el camino marcado por Europa, pronto los coches de combustión van a ir desapareciendo. Es por eso que ahora se ven más vehículos eléctricos circulando por nuestras carreteras. De hecho, según los últimos datos estimados, actualmente circulan por las carreteras españolas más de un millón de estos coches.

Sin embargo, este tipo de vehículos también se estropean en viajes largos o sufren incidentes que hace que sea necesario que acuda algún tipo de asistencia. Este es precisamente el problema o, al menos, así lo expone la Alianza de Auxilio en Carretera, que señala las dificultades para socorrer a estos vehículos.

Esta asociación se ha visto en apuros en estas fechas que acabamos de dejar atrás, donde se producen más desplazamientos. Según señalan, han tenido «graves» dificultades para gestionar su auxilio de modo «eficiente» y «seguro», lo que ha complicado tanto su atención como el traslado a los talleres.

Necesidades de la asistencia en carretera para coches eléctricos

La asociación que engloba a las empresas de grúas de auxilio también ha manifestado que la asistencia a vehículos eléctricos comienza a producirse más allá de situaciones «anecdóticas», sin que los riesgos de su manipulación estén definidos para el sector del auxilio en carretera.

En esta línea explican que para ayudar a los coches eléctricos se necesitan un utillaje diferente, así como equipos de protección individual para los operarios de grúas de auxilio. Además, señalan que en estos vehículos el riesgo de electrocución, intoxicación por gases y bloqueo de elementos es mayor.

Pero el peligro no se queda aquí. Una vez han conseguido meter el coche en la grúa y depositarlo tanto en las bases en espera de ser llevados a los talleres para su reparación, el riesgo de incendio es mucho mayor que en un coche de combustión.

Además, en este proceso también se puede producir la descarga de baterías que pueden producir nuevas averías e imposibilidad de manipulación de determinados elementos para la desconexión que, en muchos casos, no quedan cubiertos por el seguro de coche, trasladando mayores responsabilidades a las empresas de asistencia.

Falta de conocimiento sobre estos coches

Parte de los problemas surgen, precisamente, por la novedad de estos vehículos y sus sistemas, completamente diferentes a los que podemos encontrar en los coches tradicionales. Es por eso que la patronal subraya la ausencia de unos estándares para que el sector conozca los riesgos asociados a la manipulación de un vehículo eléctrico durante el auxilio en carretera.

La Alianza explica que estos vehículos requieren de formación especializada para su atención ante siniestros y averías sin que su tratamiento se encuentre definido y tarificado de modo diferenciado por las diferentes compañías aseguradoras, plataformas de asistencia y clubes automovilísticos.

El portavoz de la Alianza, Xavier Martí, ha manifestado que va a ser «imprescindible» que el sector y las aseguradoras se sienten a tratar con «seriedad» este asunto.

Averías más habituales de los coches eléctricos

También es importante conocer cuáles son las averías más comunes en este tipo de vehículos para que los conductores estén atentos y traten de evitarlos.

Las piezas que más averías tienen son las baterías y los conectores. En el caso de la batería, se trata de la pieza más importante del coche y también la más cara. La garantía que dan los fabricantes suele ser de ocho años o 160.000 kilómetros, a partir de aquí, hay más probabilidades de fallo o deterioro de este elemento.

No hay que olvidar que al igual que los vehículos gasolina o diésel, requieren sustitución de frenos y neumáticos, cambios en las luces o el cambio del filtro del habitáculo. Los fallos de software también suelen ser comunes en este tipo de vehículos. Un fallo de actualización, por ejemplo, podría bloquear el coche haciendo que éste no arranque.

Por último, también puedes encontrar problemas a la hora de cargar el coche. Lo más normal es que sea por una mala manipulación por parte del usuario. Es decir, haber tirado del cable o haberlo golpeado. Sin embargo, también puede pasar que el pin del conector esté doblado o tenga algún fallo o el punto de carga esté en mal estado o no esté activo.

Escrito por:
Lidia Vega

Periodista especializada en información económica, principalmente en motor y seguros de coche y moto. Lidia es graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y cuenta, además, con un Máster de Radio por la UCM y Radio Nacional de España.