Cómo reunificar tus deudas

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  • La idea es juntar todas las deudas en una sola entidad para así pagar menos en total o, al menos, en cada cuota
  • El producto está orientado a satisfacer las necesidades de aquellas personas con dificultades para pagar sus deudas

reunificar las deudas

Muchos anuncios de entidades bancarias o de crédito ofrecen rebajar la cuota mensual de los préstamos gracias a la reunificación de deudas. La idea es que juntando todo lo que un particular debe en una sola entidad es posible pagar menos en total o, al menos, en cada cuota.

El producto está orientado a satisfacer las necesidades de un público específico: los particulares con dificultades para pagar sus deudas. En ocasiones, la acumulación de hipotecas, préstamos personales, intereses de las tarjetas de crédito y otros adeudos puede resultar insoportable para algunas personas, que en su momento no calcularon bien los riesgos de endeudarse con varios acreedores.

La reunificación de deudas puede ser, en estos casos, una solución para pasar el bache. Este mecanismo permite al usuario responder frente a un solo acreedor por el total de la cantidad que deba y renegociar las condiciones del préstamo para que las cuotas sean asumibles.

Ahora bien, en ocasiones este producto puede crear todavía más perjuicios a un cliente ya de por si débil financieramente. Y es que la reunificación de deudas puede originar periodos de amortización mucho más largos o con intereses más altos que pagar las deudas a los acreedores originales. Además, puede que en los primeros plazos el coste decrezca y dé un pequeño respiro al deudor, pero que esta situación vaya cambiando a lo largo de los meses siguientes y se retorne a la posición de partida.

Existen varias fórmulas para reunificar las deudas que son utilizadas por las entidades de crédito y las empresas especializadas en la reunificación:

Reunificación no hipotecaria

La reunificación de deuda puede hacerse a través de un préstamo personal. En este caso, se solicita uno de estos productos por el valor total de todas las deudas acumuladas, suficiente como para cancelar todos los préstamos que el particular hubiera suscrito anteriormente. En este caso, el cliente tendría que asumir el coste del nuevo préstamo, con sus intereses, además de revisar las condiciones de los que se fueran a liquidar. Y es que, muchos productos financieros tienen gastos de subrogación o cancelación, o existe la obligación contractual de hacer frente a los intereses que se haya comprometido a pagar en caso de cancelación. Por eso, es posible que al reagrupar la deuda el total del montante a pagar crezca considerablemente puesto que hay que añadirle estos gastos adicionales. Esta fórmula sólo suele ser aceptada en el caso de deudas pequeñas. Y es que, pocas entidades de crédito están dispuestas a prestar dinero a un cliente que no tiene propiedades y que, además, tiene dificultades para hacer frente al pago de otros préstamos anteriores.

Avalista

Esta situación puede cambiar si se cuenta con un avalista. Si una tercera persona está dispuesta a responder con sus bienes e ingresos de que el deudor podrá pagar su deuda, el banco puede cambiar de opinión. Si el avalista es solvente el banco puede conceder el préstamo personal a un deudor, con el fin de que éste reorganice sus deudas. No obstante, los riesgos siguen siendo altos y es probable que en algún momento no pueda pagar la cuota acordada, por lo que el deudor tendría derecho a actuar contra el avalista.

Reunificación hipotecaria

La reunificación hipotecaria es el mecanismo más utilizado para reagrupar las deudas de un particular. Para ello se aprovecha de una realidad del mercado español de vivienda: el 84% de los españoles es propietario de la vivienda en la que reside. Esta particularidad permite que muchos particulares puedan presentar su vivienda como una garantía de pago en caso de no hacer frente al pago de su deuda. En este caso, el proceso consiste en pedir una hipoteca utilizando una vivienda propiedad del deudor y con el importe conseguido cancelar las deudas que pudiera haber adquirido por otras vías.

Las hipotecas tienen generalmente mejores condiciones para el deudor que un préstamo personal o al consumo. Y es que, en estos casos, el banco tiene la seguridad de que en caso de no hacer frente a los pagos, siempre puede utilizar el inmueble como garantía. Esta opción sólo está disponible para aquellos deudores que tengan un vivienda en propiedad y ésta no tenga una hipoteca previa (o quede muy poco por pagar de una hipoteca anterior). Puede resultar interesante, ya que las condiciones de pago pueden mejoran mucho, pero se pueden generar muchos gastos adicionales.

No sólo hay que contar con los gastos de cancelar los préstamos personales, sino que además hay que tener en cuenta los gastos que conlleva constituir una hipoteca: notaría, registro de la propiedad, gestoría e impuestos; además de otros obligatorios al constituir uno de estos préstamos: el seguro de Hogar y otros que no son obligatorios pero aparecen prácticamente siempre, como el de Vida. En definitiva, este medio de reunificación de deudas puede conseguir unas condiciones más ventajosas para pagar sus deudas, pero también pueden hacer que la cuantía total de lo que debe se aumente. Los cargos adicionales y, sobre todo, el interés final de la hipoteca contratada, puede ser muy diferente dependiendo de la oferta y del banco que lo ofrezca.

Préstamos personales e hipotecas

Si lo que se va a solicitar es un préstamo personal, puede que te compense hacerlo directamente, sin necesidad de recurrir a intermediarios. Con herramientas como el comparador de préstamos personales de Rastreator puedes acceder a varias ofertas de distintos bancos y otras entidades de crédito. Por otro lado, si optas por reunificar tus deudas a través de un crédito hipotecario, Rastreator también puede ayudarte con el comparador de hipotecas, a través del cual puedes conocer de primera mano las condiciones y el interés que ofrecen los distintos bancos para obtener esa liquidez.

Escrito por:
Álvaro Bas

Licenciado en Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un Máster en Dirección Financiera y Control del Instituto de Empresa. Es Director de Operaciones y Director de Desarrollo de Negocio y está a cargo de las áreas de Finanzas, Telefonía, Energía y Coches.