¿Qué cubre un seguro de coche a todo riesgo?
El seguro de coche a todo riesgo es la póliza más completa que se puede contratar para un vehículo y está diseñada para cubrir la mayoría de los daños en el automóvil, incluidos aquellos provocados por el propio conductor o en ausencia de un contrario conocido. De este modo, esta modalidad de seguro de coche cubre los escenarios más complejos, desde el vandalismo hasta el siniestro total sin culpa o con culpa propia, se posiciona como la opción de máxima seguridad.
Coberturas de los seguros a todo riesgo
Antes de contratar una póliza, se debe tener claro que el contenido exacto y los capitales asegurados varían en función de la compañía y el producto específico. No obstante, la mayoría de los seguros a todo riesgo disponibles en el mercado suelen incluir garantías similares que responden a la necesidad de saber qué cubre un seguro a todo riesgo.
El pilar de esta póliza es la cobertura por daños propios, que se complementa con una serie de garantías imprescindibles para una protección integral frente a los riesgos más habituales de la circulación.
Daños propios
Es la cobertura diferenciadora que hace que el seguro a todo riesgo que cubre los escenarios más amplios. Se encarga de la reparación o indemnización de los daños materiales sufridos por el vehículo asegurado, incluso cuando el siniestro es responsabilidad del propio conductor (colisión, vuelco, salida de vía) o no existe un tercero implicado (vandalismo, caída de árboles, daños por granizo).
Esta garantía es fundamental, puesto que el seguro a terceros carece de ella. La indemnización, en caso de siniestro total, se realiza en función del valor a nuevo, valor de reposición o valor venal, dependiendo de la antigüedad del vehículo y lo estipulado en las condiciones particulares.
Rotura de lunas
La cobertura de lunas cubre la reparación o la sustitución total de los elementos acristalados del vehículo por impacto o rotura, sea en circulación o en reposo. Esto incluye el parabrisas delantero, la luneta trasera y las ventanillas laterales. Muchas aseguradoras han ampliado esta garantía para cubrir también los techos panorámicos de cristal y, en algunos casos, los faros y pilotos si están fabricados con materiales acristalados.
Robo
Esta cobertura cubre la indemnización por la sustracción total del vehículo y, muy importante, los daños parciales causados al automóvil durante el intento de robo (como cerraduras forzadas o rotura de lunas para acceder al habitáculo).
⚠️ Importante
Para que la cobertura se active, es indispensable presentar la denuncia ante las autoridades policiales. Si el vehículo no aparece, la compañía abona el valor estipulado en la póliza.
Incendio
Cubre los daños materiales que sufra el vehículo a consecuencia de fuego, explosión o la caída de un rayo, independientemente de si el foco se origina en el interior (por fallo eléctrico o combustión) o el exterior del automóvil. Los daños por incendio, aunque sean graves, se consideran a menudo como un siniestro total si el coste de reparación excede el valor de indemnización del vehículo.
Asistencia en viaje
Garantiza servicios de grúa o asistencia desde el kilómetro cero, tanto por avería como por accidente. El alcance de la asistencia en viaje en el seguro a todo riesgo suele ser superior, incluyendo a menudo: el rescate del vehículo en lugares de difícil acceso, el remolque al taller de libre elección, y la asistencia a personas, que puede incluir el traslado de los ocupantes, el alojamiento o la provisión de un vehículo de alquiler.
Seguro del conductor
Cubre las posibles consecuencias del accidente para el conductor del vehículo asegurado. Esta garantía es vital, ya que la responsabilidad civil se limita exclusivamente a los daños a terceros y no cubre al conductor culpable del siniestro. Las indemnizaciones incluyen gastos de asistencia sanitaria, compensación por invalidez permanente y capital por fallecimiento. Las cuantías de estas indemnizaciones son un punto clave de negociación al contratar el seguro a todo riesgo.
Defensa jurídica
Cubre los gastos legales derivados de un siniestro, lo que proporciona una tranquilidad económica y legal al asegurado. Esto abarca la defensa penal, la fianza necesaria para la liberación y la gestión de la reclamación de daños a terceros no culpables. Muchas compañías ofrecen, además, servicios de asesoramiento legal telefónico.
Responsabilidad civil
Cubre las indemnizaciones por daños personales y materiales causados a terceros en un accidente. Se divide en Obligatoria (la mínima legal exigida para circular) y Voluntaria (que amplía significativamente el capital máximo a indemnizar por encima del límite legal, ofreciendo protección adicional frente a siniestros de gran magnitud que impliquen lesiones graves).
Todo riesgo y todo riesgo con franquicia: ¿ofrecen las mismas coberturas?
Ambas modalidades son seguros a todo riesgo y, por lo tanto, las coberturas son idénticas en cuanto a su alcance. La principal distinción reside en la gestión económica de los siniestros que afectan a los daños propios. Esta diferencia es clave para entender qué cubre seguro a todo riesgo con franquicia y sin ella.
La franquicia es una cantidad fija preestablecida en el contrato que el asegurado se compromete a asumir en caso de un siniestro cubierto por los daños propios. En otras palabras, solo se aplica a los daños en el propio vehículo, y no a las coberturas de responsabilidad civil, robo, incendio o lunas. La opción de contratar un seguro a todo riesgo con franquicia que cubre las mismas garantías resulta mucho más económico en la prima anual que el seguro sin franquicia.
La elección entre ambas opciones se basa en un análisis de riesgo. Un conductor que da pocos o ningún parte de daños propios se beneficia enormemente de la prima más baja de la franquicia. Por el contrario, el que cubre un seguro a todo riesgo con franquicia puede ser inconveniente si se utiliza el vehículo intensivamente en ciudad o si el coche es nuevo, pues cualquier pequeño golpe implicaría el pago de la franquicia. El seguro a todo riesgo sin franquicia ofrece paz mental total, ya que la aseguradora asume el 100% de la reparación desde el primer momento.
¿Qué no cubre el seguro a todo riesgo?
A pesar de la denominación, la póliza a todo riesgo no cubre la totalidad de los percances que sufra el vehículo. El que no cubre seguro a todo riesgo son situaciones derivadas de un uso negligente, falta de mantenimiento o incumplimiento legal. Es importante revisar el clausulado de la póliza, ya que las exclusiones son una de las principales fuentes de conflicto entre el asegurado y la compañía.
⚠️ Importante
El seguro a todo riesgo NO cubre las averías mecánicas ni vicios ocultos del coche. Tampoco los accesorios no declarados en la póliza.
Estas son algunas de las exclusiones más comunes que limitan la cobertura de un seguro a todo riesgo:
- Conducción ilegal o negligencia grave: siniestro provocado por el conductor con positivo en alcohol o drogas (superando los límites legales), o si los daños han sido causados de forma intencionada por el asegurado. La aseguradora puede eximirse de cubrir los daños propios.
- Irregularidades administrativas y legales: siniestros producidos cuando el conductor carece de permiso de conducir válido, si el permiso ha sido retirado o caducado, o cuando el vehículo circula sin la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en vigor. La falta de ITV implica un incumplimiento de la normativa de seguridad vial.
- Omisión del deber de socorro: La omisión del deber de socorro tras un accidente es un delito y una exclusión explícita en la póliza. Si el conductor huye del lugar del siniestro, la aseguradora no solo puede eximirse de cubrir los daños propios, sino que podría reclamar los gastos de la Responsabilidad Civil pagados a terceros.
- Uso no convencional del vehículo: participación en competiciones, carreras o rallies. También se excluyen los daños derivados de la circulación en vías no asfaltadas o terrenos privados no aptos para la conducción, a menos que el contrato especifique lo contrario (coberturas off-road).
- Mantenimiento y desgaste: Averías mecánicas, sustitución de neumáticos o batería por desgaste, o cualquier coste derivado de las revisiones y el mantenimiento habitual del vehículo. Estos gastos corresponden al propietario.
- Exceso de ocupantes o carga: Accidente ocurrido al transportar un número de personas o un peso superior al límite permitido en el permiso de circulación.
- Modificaciones no declaradas: Daños en accesorios o modificaciones del vehículo que no hayan sido previamente declarados, aceptados y reflejados en la póliza.
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